La familia Albornoz se desplaza desde la campaña, el interior de Santiago del Estero, a la ciudad capital de la provincia en la década de 1970. Viene de un pasado que llega a La Forestal, en el Chaco santiagueño, y vive una transición en su migración que los llevará al Gran Buenos Aires. Sus tres hijos se van sumando al mundo del trabajo en tiempos de adversidad política y social. Pascual, el mayor, que ha dejado a su novia en la provincia, vive las luchas gremiales en un trabajo en el que conoce aspectos de la dignidad laboral y la resistencia. Macarena acompaña a sus padres en asumir ese nuevo mundo. El más pequeño, Goyo, es llamado a la conscripción y va a Malvinas cuando se declara la guerra en 1982. Sus padres y su hermana pasan a ser los buscadores anónimos de un fantasma que no aparece sino en las escenas de la guerra con Inglaterra y el barro de una realidad inexpugnable. Horacio González expresó en el prólogo: Alejandro C. Tarruella escribe esta novela epistolar, memorialista, puesta sobre el hilo de un infinito sollozo , con la destreza de quien hace brotar el fraseo en primera persona, en la introspección ambigua con que las clases populares reflexionan sobre su condena . Y señala que el tema de la novela de Tarruella es la distancia, la fisura territorial, el largo y misterioso viaje de Santiago del Estero a Buenos Aires. Por lo tanto, viaje mítico, por el interior de las fallas tectónicas de la historia y la lengua nacional . La novela fue finalista en el concurso Alarcos Llorach de la ciudad de Gijón y el presidente del jurado, Manuel Caballero Bonald (narrador, poeta, premio Cervantes de literatura), destacó el trabajo de lenguaje de la novela por su originalidad.