A finales del siglo XVIII, los españoles Antonio de Viedma y Basilio Villarino, por encargo de la Corona Española, asumen el compromiso de hacer de la Patagonia un lugar habitable. Las dificultades y los inimaginados sacrificios que imponía a todo aquel que se atreviese a navegar sus aguas o a recorrer sus infinitas extensiones inhóspitas, son las pruebas más elocuentes del coraje de aquellos pioneros. En estos Diarios de navegación. Expediciones por las costas y ríos patagónicos (1780-1783), sus protagonistas registran las peripecias y las emociones que tuvieron que superar en una misión que en aquel momento parecía infructuosa. Nunca se sabrá exactamente que intereses movieron a estos navegantes para empeñar tanto esfuerzo en empresas cuya magnitud tal vez jamás imaginaron. De lo que nadie podrá dudar es de la valentía de esos hombres que exploraron el confín del mundo de su época, y abrieron las puertas de la Patagonia que hoy tenemos.