La exigencia física del tenis moderno, reflejada en la gran potencia de jugadores capaces de realizar servicios a 240 km/h y la velocidad de quienes deben restar estos potentes golpes, combinada con la cantidad de partidos que deben jugar al año, conlleva a que la preparación física del jugador tienda a ser cada día más y más específica. Sin embargo, esa especificidad, así como conduce al máximo rendimiento, también puede conllevar un alto riesgo de lesiones si no se toman las debidas precauciones. Este libro conjuga de la mejor manera posible el entrenamiento específico para rendir al más alto nivel, desarrollando la potencia y la velocidad, con el entrenamiento preventivo, basado en el fortalecimiento músculo-tendinoso y el desarrollo de la FEM (flexibilidad, elasticidad y movilidad articular), con el fin de preservar la salud del jugador para que pueda hacer uso de todo su potencial.