La historia contada en la novela, inseparable de las peripecias de la vida de la autora, comienza con la concepción de su heroína, fruto de una declaración de desamor entre dos jóvenes nobles europeos, Catherine-Paris no conocerá una vida amorosa más feliz que la de su madre. Casada irreflexivamente con el conde Leopolski, heredero del cuestionable trono polaco, antes de la Primera guerra mundial es arrancada de París, la ciudad donde se ha criado, para verse transportada al corazón de las turbulentas cortes centroeuropeas. En Viena, en Berlín, en san Petersburgo es testigo privilegiado de las intrigas previas al conflicto bélico, tratadas con la frivolidad de una querella familiar, cansada de la vida cortesana y de las infidelidades del conde, vuelve sola a Paris, ciudad que se verá obligada a abandonar bajo la acusación de espionaje durante la guerra. Catherine se convierte en una paria de lujo en busca de un pasaporte, en el relato de su vida errante, el lector encontrara la descripción vivida del fin de un mundo, cuyas consecuencias históricas y políticas vuelven hoy a hacer los titulares de los periódicos.