Cuando nos ponemos a observar la evolución del arte de curar a través del tiempo tenemos la sensación de un crecimiento en la capacidad de compartimentar al ser humano creando en un continuo nuevas y sofisticadas formas de especializarnos y súper especializarnos en esa reducida muestra del todo, algo así como remplazar a un escritor por especialistas en cada una de las letras del alfabeto. Este camino permitió indudablemente conocer cada vez más detalles de nuestro organismo, pero también nos aleja de conceptos de interacción y sistemas. Gracias a la capacidad abarcativa y el impulso innato que tenemos los humanos por entender el todo, la visión integradora continuo manifestándose y permite que día a día se recuperen, estudien e investiguen con más conciencia los antiguos métodos médicos, dando lugar e impulsando sistemas de trabajo que desde una visión occidental y moderna van abriéndose camino y ocupando importantes lugares entre las herramientas de diagnóstico y tratamiento de los profesionales de la salud. Un importante ejemplo de todo esto es la dedicación en los últimos años a la investigación en el campo de la acupuntura, lo que motivo explicar sus mecanismos de acción desde una visión anatomofisiológica occidental. Mucho se logró y mucho queda por interpretar, a la observación desde la anatomía y la fisiología hubo que añadirle una mirada desde la biofísica, física y bioelectricidad, sin contar las interpretaciones psicosomáticas. El estudio del tejido conectivo y las fascias como un continuo en el organismo, aporto luz y dio respaldo a gran cantidad de puntos de conflicto y dudas arraigadas muchas veces por el incompleto conocimiento. El fin de este libro es mostrar similitudes y paralelismos que permitan dar base a las técnicas de punción basadas tanto en la antigua acupuntura como en el conocimiento del comportamiento del sistema miofascial, aportando en la medida de lo posible una herramienta para el kinesiólogo o fisioterapeuta, haciendo hincapié en una mirada integradora. Muchas de las técnicas pres